Él con su comparsa de letras
creando pueblitos de cuentos
donde la hoja es la capital de recuerdos hospitalizados
y como corta su espalda
a los corazones de caricatura
y como desvela su escritura
a cada molécula de la musa
pestañea gritos de murciélago
escribe libros a besos
desnudándose los dedos en un lago de versos
Ella y sus vertebras tren de té
ella con sus vagones de fotografías
sus zapatos de sombrero
su encaje de pesadillas
aquellas medias hirviendo que otras manos dan color humedeciéndolas
nada en su bicicleta de durazno
y se tapa el rostro con una bufanda de hongos
ella da besos de búho
se acuesta y su figura secuestra las cordilleras
sus labios llenos de coordenadas
en la piel producen estruendos como granadas
sus dedos de piano
pintan riachuelos de pomelo
cuando ella abre los parpados
la selva se llena de leopardos
cuando ella se quita la blusa
los locos llaman a su ombligo la luna....
Y ella poetizando el café
y él rimando en sus lunares
ellos se estrangulan a lamidas
se fusilan con signos
se agarran la memoria
se llenan las piernas de recuerdos
la poesía es su geografía
la geometría que la lengua
murmura en los pétalos
la morbosa conciencia
replica del contacto
donde solo se escuchan dos mundos paralelos
forzando el aliento con alucinógenos de vainilla.
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