Por Andrea Morales-sin recuerdos, Bogota Colombia y Jorge Franco- Extraño, Guayaquil Ecuador.
Sin recuerdos: Te escribo, de sombra porque es la única manera en la que consigues cohabitar con mis sueños y convencerme de que eres real. Sabes, que mis lagañas ahora cargan tu nombre. Especularte… es atrevido cuando cruzas la puerta y yo husmeo mis manos y me
relamo los labios salados pensando que tendrán mis paredes para que me orientes contra ellas cada día. Yo te beso, con los bolsillos repletos de polvo y nudillos cargados púes son tantas guerras sin descanso que ahora me siento como un soldado que vuelve a casa; asustada y fuera de lugar. Pero antepongo dormir en tu paz que en mi esquina, ondear bandera cada vez que te arropes con mi pelo, plantar mi estandarte en el ombligo y mientras empapas mi lengua enseñarte mi nube y aprender a llover contigo, servir de cenar mi melancolía y empujar tus dedos para que conozcan mis heridas, me despedacen los pulmones y me invada tu aire, te prometo no luchare, quiero vivirte.
Extraño: Es tu cuerpo el que leo formandose entre mis manos, partiendose entre los besos del poeta, desvistiendote los ojos con las nubes de mi aliento, retorciendo tu musculo con las cosquillas de mi boca, quemandonos la tinta en un pozo de tinta de lana. Evaporarte al texto, acumular tus excesos, que se desborden en el universo que esparcen mis dedos, te veo entrar a mi, no te veo salir, te siento exquisitamente pesada, llenandome la piel de efectos polares, lamiendome los escritos de mis adentros, decodificando mis antojos acústicos.
Sin recuerdos: Tu miras tus dedos, arrullando mi pierna y hablas de escribir una historia sobre ello, de que salvemos este invierno envueltos en tu jersey debajo de una tormenta, de que la mejor manera de lijar los cortes, es con la lengua y de que tus ojos me cuentan miedos que tu boca no me dirá. Yo quiero revelarte, que siempre lloro cuando escribo y que escribir es lo más parecido a enamorarse, que ya no se dormir si en tus cuentos no solo hago yo, que la huida es solo otra forma de llamar al miedo.
Extraño: Me encanta desacer los encajes de tus colores, ir regando tus jugos naturales por mis colmillos boreales, bailando en tu ombligo con un discurso lascivo, invadiendo falda con mis huellas dactilares desgarrando la luna llena adormecida en tu entre pierna.
Sin recuerdos: ¡Te quiero! Te quiero, en mi cama cada mañana sin que se me agoten las formas de pedírtelo, porque reemplazas todos los ojálas que han trastornado mis noches y porque todo lo que te digo es solo mi manera de pedirte que te quedes conmigo, a dormir, a desayunar y a ver juntos como llega lo demás.
Extraño: Es tu cuerpo el que leo formandose entre mis manos, partiendose entre los besos del poeta, desvistiendote los ojos con las nubes de mi aliento, retorciendo tu musculo con las cosquillas de mi boca, quemandonos la tinta en un pozo de tinta de lana. Evaporarte al texto, acumular tus excesos, que se desborden en el universo que esparcen mis dedos, te veo entrar a mi, no te veo salir, te siento exquisitamente pesada, llenandome la piel de efectos polares, lamiendome los escritos de mis adentros, decodificando mis antojos acústicos.
Sin recuerdos: Tu miras tus dedos, arrullando mi pierna y hablas de escribir una historia sobre ello, de que salvemos este invierno envueltos en tu jersey debajo de una tormenta, de que la mejor manera de lijar los cortes, es con la lengua y de que tus ojos me cuentan miedos que tu boca no me dirá. Yo quiero revelarte, que siempre lloro cuando escribo y que escribir es lo más parecido a enamorarse, que ya no se dormir si en tus cuentos no solo hago yo, que la huida es solo otra forma de llamar al miedo.
Extraño: Me encanta desacer los encajes de tus colores, ir regando tus jugos naturales por mis colmillos boreales, bailando en tu ombligo con un discurso lascivo, invadiendo falda con mis huellas dactilares desgarrando la luna llena adormecida en tu entre pierna.
Sin recuerdos: ¡Te quiero! Te quiero, en mi cama cada mañana sin que se me agoten las formas de pedírtelo, porque reemplazas todos los ojálas que han trastornado mis noches y porque todo lo que te digo es solo mi manera de pedirte que te quedes conmigo, a dormir, a desayunar y a ver juntos como llega lo demás.
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