memoERIZAME

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viernes, 27 de agosto de 2010

MEMORIAS HUMEDAS (MICRO RELATO)


Se dibujaba la noche
Mientras las luces titiritaban mustias
Los almendros se quitaban sus ropas
A la medida que sus brazos robustos
Se despojaban de su savia
En sincronía con la lluvia
Que congelaba el viento.

Paralelo a esto
Una sombra se desenvolvía
En la única habitación
Que un resplandor emitía
Su aroma se desprendió
Del espejo que dibujaba su rostro
Sus rasgos no lograban intuir alguna edad
Parecía vieja
Pero tenía vestigios irreales de belleza.

Presurosa se alistaba
Preparando sus labios
Con un color escarlata
Que asemejaba un rojo fosforescente
La simetría de sus piernas
Con sus músculos definidos
Elásticos
Sensuales
Combinado con aquellos tacos
Que la mantenían atada al suelo
Pero hacia levitar las miradas.

Unos chocolates a medio comer
Desangrando el ámbar de lo dulce
Que a algún admirador pertenecía
Se hallaban en la cama
Acaramelando las sabanas
Donde su cuerpo reposaba sus sueños.


La cita llegaba a su hora pactada
Un vestido se confundía con sus pieles
Mientras aquellas pupilas eróticas
Llenaban de clímax el éter
La lluvia hacia un esfuerzo en vano por ser escuchada
Pues los latidos mecánicos de su corazón
Repartían sonidos al eco
Asemejando un estruendo
Representado por la adrenalina del misterio.

La puerta temblaba
Alguien la tocaba coordinadamente
Llegaba la hora
De ser joven de nuevo
Desvistiendo el vértigo
Mientras el cutis viejo se desprendía de sus escamas
Para el regocijo del rubor
Que entrelazado
Lesionaba los espasmos
Que los miembros derretía
Fundidos en sudor
Aquel sudor experto
Que ponía nervioso
A los unísonos incrédulos
Que faltos de convicción
Se veían sorprendidos
Al subir y bajar por aquel tobogán
Que en exclamaciones y monedas terminaba.

ROSARIO CUENTO (MICRO CUENTO)


Sucumbía el atardecer
En los caudales hercúleos del rio amazonas
Donde la fauna
Se divertía en aquellos lugares inhabitados por humanos.

Un rostro femenino entrecortaba el viento
Su aspecto aventurero
Delataba su espíritu libertario
Respiraba serena
Mientras la noche agitada tomaba posesión del cielo.

El viaje seria largo
Sin destinos planeados
Sin un origen ya
Y es que su pasado
Era un paño de agua limpia
Que a pesar de su transparencia
Hervían sus recuerdos
Hasta hacerla vibrar
Con algunos detalles que ella pretendía olvidar.

La tripulación estaba conformada por
El capitán Henry James, de origen ingles
Y que se había establecido en la ciudad de Manaos
Con el fin de huir
de aquel Clima europeo
Que poco recomendable era para sus desequilibrios de salud,
Por otro lado estaba el oficial Antonio Rodríguez
Originario de tierras aztecas
Y cuyo paradero en esta zona selvática
Se debía a que su corazón había sido conquistado por una brasilera,
Estaba también el cocinero Joao Méndez,
nacionalista y con un amplio sentido de pertenecía por su país natal BRASIL,
el preparaba suculentos platos,
y se caracterizaba por elaborar
deliciosos gizados de bagre y piracuru
con extrañas pero agradables especerías nativas.

Después de estas tres personas
Estaban los usuarios que habían salido del puerto de Beltrán
Entre ellos se encontraban algunos comuneros
Que permanentemente se internaban obligadamente en la gran urbe que sobresalía entre la selva
Para comercializar sus productos
Obtenidos de la pesca y agricultura
Después de estos
estaban algunos turistas, médicos, investigadores, incluida Rosario Cuento,
que se delataba huraña
entre la compañía de los demás navegantes.

Rosario Cuento no tenia apellido
Tampoco poseía una cedula de identidad
Y de su niñez solo recordaba algunos fragmentos
Que ni su propia imaginación se atrevía a citar
Tal ves y en su época de niña
Debió de ponerse más años
Para ser mujer a temprana edad
Y conocer la textura y colores
De los diferentes billetes
Que traían siempre a puerto
Los recién llegados
Como también las caricias sádicas
De aquellos hombres
Que dislocaban sus sueños vírgenes
Con sus enmarañados deseos prehistóricos.

El barco avanzaba…
Que menudo era visto
Ante lo ojos de algún ser omnipotente
El verlo fluir
Por aquellas aguas verdes
Se podría comparar
Con el espectáculo infantil
De ver los barcos de papel
Flotando y hundiéndose
En la tina de mama
o en la pileta de la plaza publica
que infinito era el mundo
con sus pequeñeces gigantes
y con el alma de cada uno de sus ocupantes
siempre desintegrándose
con las posibilidades de la fe
y la necesidad de mirar al cielo
y al morir
tener su propio paraíso
lleno de flores
azules turquesas
lleno de azúcar
y libre de proxenetas.


Giraba y giraba
Patinaba a la ves
aquel barco
Ya se acercaba a su destino
Sus ocupantes desperezaban sus extremidades
Tocarían tierra firme
Los secretos de aquellos pasillos
Serian eliminados
Cuando el barco inmovilizado
Seria liberado
De basura
Y sus pisos limpiados
Como también las sabanas
Serian cambiadas
Con el llanto que estas tenían acumuladas y
La sal del sudor
Las eyaculaciones del sol
Y el temblor de la ansiedad
Todo
Seria renovado
Por franelas blancas
Olorosas y llenas de aroma a vainilla
Mientras Rosario colores
Sin apellido ni hombre
Tendría que esconderse en la ciudad
Para ser fantasma del día
Y estar vivan en la noche
Haciendo magia con su falda
Y malabares con su alma
Inmóvil en la soledad
Ágil en plural
Su niña interior
Habría de esperarse
A que un nuevo rumbo fijase
La adulta que manejaba el cuerpo
Las laceraciones del sexo
Apedreamiento carnal
La tenían agotada
Solo una dosis de felicidad necesitaba
Para quebrantar aquel cristal
Que hacia que sus tejidos
Fueran manoseados y profanados
Algun amor llegaría
Por mas fugaz que fuera
Tal ves a un helado la invitaría
Para mermar el calor
Que el clima sudamericano ofrecía
Llorar no servía de nada
Los sermones del cura tampoco
Aunque en su habitación un Cristo desnudo la acompañaba siempre
Este tendría que esconderse
Para cuando un lesionado mental apareciera
Jesús si habría de llorar
Por el camino de su hija
Ausente de un hogar
Todo un vendaval
Que un círculo vicioso
Alimentaba visceralmente
Mientras los cuerpos
Eran manejados como plastilina
Y torsos melosos
Se irritaban
Temblaban fijos bajo un mismo ritmo
Y Rosario Cuento
Al terminar
Levantaba a su único hombre
Barbado
Lacónico
Con cicatrices
Pero suyo
Lleno de plegarias lo mimaba
Una vela encendía
Ella se vestía
Era tiempo de leer
No fruncir el ceño
Asi esta historia terminaba
Para empezar de nuevo
Ante una nueva llamada
Que en la calle se engendraría
Con Rosario como protagonista
Y su espíritu de aventurera
Seria el disfraz
Que en el barco o en la ciudad
Estremecería todas las miradas
Acapararía algunas monedas
Y permitiría comprar una vela
Para su único
Y fiel hombre
Jesús.

VERVENA...FERVOR DE UN INVIERNO (MICRO RELATO)


El reloj inmóvil en la sala
Prolongaba su tic-tac inerte
En una sinfonía temporal
Que al tiempo retaba
Con aquellos segundos
Que dilatados
Honraban a lo incierto
En un contexto detenido
Donde las fosas
Con orquídeas en sus mandíbulas
Adornaban un cuadro surrealista
La chimenea estaba prendida
Los fragmentos de eucaliptos
estregaban un aroma santo
a aquellas paredes de roble
que en la montaña estaba situada
un gato negro lamia sus patas
estiraba su panza
y maullaba al unisonó
de los crujidos de la casa
no habían fantasmas
aunque el solo hecho de ver un gato negro
y maullando
era ya todo un espectáculo fantasmagórico.

Los primeros días de enero
pasaban ambulantemente
dejando estragos en los pastizales
donde una masa blanca
polvo del cielo
ahogaba las flores
congelaba las libélulas
y daba todo un festín
a los cuervos que devoraban los animales
que no podían con el clima…


La tetera silbaba en la cocina
vaticinando que abría te
en la lectura lóbrega de la noche
mas en ese momento
al mirar por la ventana
un chal rojo
deformaba el retrato de la nieve
los copos quedaban atrapados
en la superficie de los hombros
tras la victoria de la lana
que transformada y colorida
vencía al clima
el mutismo de aquella piel blanca
con sus mejillas rosadas y
sus labios asalmonados
eran el umbral
para que cualquiera que la observase
la declarara mustia e íngrima
pero he ahí la imposibilidad de los prejuicios
sicofantes y erróneos


La verdad es que su humanidad miraba el firmamento
esperando la llegada del estío
y a los ríos descascararse del hielo
y escuchar el canto de los gorriones
que flexibles en el aire
encomiaban la mágica naturaleza
su amado habría de volver incólume de la guerra
un mes antes ya había recibido su carta
estaba alegre
tanto
que las yagas de sus manos
empezaron a modificar los cristales de nieve
reproduciendo dignas esculturas del renacimiento
el arte estaba en su cuerpo
el amor la hacia refractaria ante la adversidad
lo cual servía para ganar paciencia
y en las noches vencer aquel insomnio solitario
muy pronto el verano se llevaría el invierno
mistificando nuevamente su vida
con su hombre a la vista
sin su chal rojo puesto
libre de ropas
con alientos entrecortados
por movimientos infinitos
donde las caricias asesinaban el frio
donde el gato negro,
debajo de la cama
ya podía dormir
libre de maullidos.

sábado, 14 de agosto de 2010

El espasmo de la luna


Luna es tu hija en la tierra
quien se lleva mis suspiros mas reconditos
la que atrapa mi ensueño ardiente
y lo revuelve con el deseo por sus carnes blancas.

Viene acompañada de luciernagas que quieren su brillo
me besa
me susurra al oido
trae un candelabro plateado
alli reposan las palabras
con las que ella dia a dia se alimenta
me embriago con el licor de su presencia
soy demente.

Se crio en tus crateres
posee tu imagen en sus costillas
engalana el suelo con sus pasos
regalando versos a las flores
y asesinandome con caricias.

Solsticios tropicales
que humedecen la idolatria pagana a las musas
erecciones de colores del arcoiris
petalos paroximos
torrente de rafagas electricas
que fabrican temblores en forma de acuarelas
un abdomen llano y volatil
donde todas las fantasias de una tarde se vuelven realidad
por los musculos contraidos
que regocijan el alma
y empapan de pasion el amor.