memoERIZAME

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viernes, 27 de agosto de 2010

VERVENA...FERVOR DE UN INVIERNO (MICRO RELATO)


El reloj inmóvil en la sala
Prolongaba su tic-tac inerte
En una sinfonía temporal
Que al tiempo retaba
Con aquellos segundos
Que dilatados
Honraban a lo incierto
En un contexto detenido
Donde las fosas
Con orquídeas en sus mandíbulas
Adornaban un cuadro surrealista
La chimenea estaba prendida
Los fragmentos de eucaliptos
estregaban un aroma santo
a aquellas paredes de roble
que en la montaña estaba situada
un gato negro lamia sus patas
estiraba su panza
y maullaba al unisonó
de los crujidos de la casa
no habían fantasmas
aunque el solo hecho de ver un gato negro
y maullando
era ya todo un espectáculo fantasmagórico.

Los primeros días de enero
pasaban ambulantemente
dejando estragos en los pastizales
donde una masa blanca
polvo del cielo
ahogaba las flores
congelaba las libélulas
y daba todo un festín
a los cuervos que devoraban los animales
que no podían con el clima…


La tetera silbaba en la cocina
vaticinando que abría te
en la lectura lóbrega de la noche
mas en ese momento
al mirar por la ventana
un chal rojo
deformaba el retrato de la nieve
los copos quedaban atrapados
en la superficie de los hombros
tras la victoria de la lana
que transformada y colorida
vencía al clima
el mutismo de aquella piel blanca
con sus mejillas rosadas y
sus labios asalmonados
eran el umbral
para que cualquiera que la observase
la declarara mustia e íngrima
pero he ahí la imposibilidad de los prejuicios
sicofantes y erróneos


La verdad es que su humanidad miraba el firmamento
esperando la llegada del estío
y a los ríos descascararse del hielo
y escuchar el canto de los gorriones
que flexibles en el aire
encomiaban la mágica naturaleza
su amado habría de volver incólume de la guerra
un mes antes ya había recibido su carta
estaba alegre
tanto
que las yagas de sus manos
empezaron a modificar los cristales de nieve
reproduciendo dignas esculturas del renacimiento
el arte estaba en su cuerpo
el amor la hacia refractaria ante la adversidad
lo cual servía para ganar paciencia
y en las noches vencer aquel insomnio solitario
muy pronto el verano se llevaría el invierno
mistificando nuevamente su vida
con su hombre a la vista
sin su chal rojo puesto
libre de ropas
con alientos entrecortados
por movimientos infinitos
donde las caricias asesinaban el frio
donde el gato negro,
debajo de la cama
ya podía dormir
libre de maullidos.

1 comentario:

LunaRes dijo...

Lindas imagenes descritas.