memoERIZAME

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martes, 21 de octubre de 2008

LA COALICION DE LA PROMISCUIDAD

La larga carrera por cumplir con las exigencias del tiempo, han dejado secuelas ásperas en el fondo de la conciencia, los paradigmas consiguieron continuar por décadas, aun mas establecerse en dogmas, la eficacia de las acciones humanas no se vieron reflejados en frutos positivos, la desgracia y la maldad simplemente se tomaron el mundo. Los sentidos colapsaron ante una ola de dolor, la expresión humana no concilio el sueño, las esferas quimericas no pudieron competir con la idolatría negativa de dioses terrestres superfluos. En cierta ocasión un niño disfrutaba de la agradable corriente de aire, el mar era su espejo y las partículas de arena lo invitaban a divagar, las nubes se esmeraban por asemejarse al algodón, todo estaba perfecto ese día, pero en su interior empezó a crecer un odio, un sentimiento tan descomunal que ni la representación del paraíso podía jactarlo, se planteo muchos problemas, para su corta edad descubrió que este mundo era muy complicado, sus diminutos semejantes sufrían igual que el, pero no entendía el contexto de los mayores, se negaba a asimilar su comportamiento, se preguntaba si en la madurez de su existencia el llegaría ser como ellos, seria correcto impedir tal desarrollo? Seria prudente luchar contra lo inevitable,?el quería seguir soñando, no quería conocer la fealdad, los rincones oscuros de la inmundicia humana, la enfermedad moral, las secuelas de los comportamientos putrefactos, que dilema para un simple chico, que opción para un mortal, conformar un ejercito de consumo, destacar entre millones de almas perdidas asignadas en inertes burbujas, el niño al final dejo su oscura utopía para encargarse en la realidad, en las escenas concisas de un mundo en movimiento, un pájaro hizo sombra en su extravagante cabellera y por un momento el horizonte era el encargado de responder a todas sus respuestas de una forma estrafalaria .
El sentimiento latente dirige nuestro pensamiento, las ilusiones vagas y sin sentido, dividen nuestro centro y crean un ego tan evolutivo que en sus antojos se perfecciona de nuestros errores, convenciendo al alma de no dormir y mantenerse en zozobra, mal herida queda la nocturna libertad, diluida en el tiempo, entumecida ante los atropellos terrenales y siendo parte de una cadena de brutalidades que se entrometen en las estancias de las experiencias para destronar nuestras creencias. Nuestra visión esta segada, la mirada ya no comprende el poder de su dirección, nuestro corazón se marchita como las terribles rosas del jardín del fauno, la extravagancia de la derrota no ahorra en escrúpulos, y se concentra a empobrecer lo gratificante de tus acciones, deliberar por la labor de nuestra conducta, puede sorprender hasta al seudo lucibel, increíblemente nuestra razón no cobra un décimo, no acepta ninguna remuneración y no se vende ante ningún salario.

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